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Genealogía

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David




Según Mateo

Salomon 1 Cr. 3:5.

Roboam 1 Cr. 3:10.

Abías 1 Cr. 3:10.

Asa 1 Cr. 3:10.

Josafat 1 Cr. 3:10.

Joram 1 Cr. 3:11.

Ocozías 1 Cr. 3:11.

Joás 1 Cr. 3:11.

Amasías 1 Cr. 3:12.

Ararías 1 Cr. 3:12.

Jotam 1 Cr. 3:12.

Acaz 1 Cr. 3:13.

Ezequías 1 Cr. 3:13.

Manasés 1 Cr. 3:13.

Amón 1 Cr. 3:14.

Josías 1 Cr. 3:14.

Joacaz 2 R. 23:31.

Joacim 1 Cr. 3:15.

Jeconías 1 Cr. 3:16.

Salatiel 1 Cr. 3:17.

Zorobabel 1 Cr. 3:19.

Abiud Mt. 1:13.

Eliaquim Mt. 1:13.

Azor Mt. 1:13.

Sadoc Mt. 1:14.

Aquim Mt. 1:14.

Eliud Mt. 1:14.

Eleazar Mt. 1:15.

Matán Mt. 1:15.

Jacob Mt. 1:15.

José Mt. 1:16.




Según Lucas

Natán Lc. 3:31.

Matata Lc. 3:31.

Mainán Lc. 3:31.

Melea Lc. 3:31.

Eliaquim Lc. 3:30.

Jonán Lc. 3:30.

José Lc. 3:30.

Judá Lc. 3:30.

Simeón Lc. 3:30.

Leví Lc. 3:29.

Matat Lc. 3:29.

Jorim Lc. 3:29.

Eliezer Lc. 3:29.

Josué Lc. 3:29.

Er Lc. 3:28.

Elmodam Lc. 3:28.

Cosam Lc. 3:28.

Adi Lc. 3:28.

Melqui Lc. 3:28.

Neri Lc. 3:27.

Salatiel Lc. 3:27.

Zorobabel Lc. 3:27.

Resa Lc. 3:27.

Joana Lc. 3:27.

Judá Lc. 3:26.

José Lc. 3:26.

Semei Lc. 3:26.

Matatías Lc. 3:26.

Maat Lc. 3:26.

Nagai Lc. 3:25.

Esli Lc. 3:25.

Nahum Lc. 3:25.

Amós Lc. 3:25.

Matatías Lc. 3:25.

José Lc. 3:24.

Jana Lc. 3:24.

Melqui Lc. 3:24.

Levi Lc. 3:24.

Matat Lc. 3:24.

Elí Lc. 3:23.

Maria Mt. 1:18.

Jesús


Como logramos ver dos veces en el Nuevo Testamento se nos presenta la genealogía detallada de Cristo. El primer evangelista inicia su relato, con lenguaje que recuerda al libro de Génesis, con las palabras “libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”, y luego traza la línea de descendencia a través de cuarenta y dos generaciones desde Abraham hasta Cristo (Mt. 1.1–17). El tercer evangelista, inmediatamente después de su relato sobre el bautismo de Cristo, dice que “Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José”, y luego retrocede desde José, a través de más de setenta generaciones, hasta “Adán, hijo de Dios” (Lc. 3.23–38).

Tenemos que examinar la genealogía desde Adán hasta Abraham, que no aparece en Mateo, y que Lucas evidentemente obtuvo—quizá a través de 1 Cr. 1.1–4, 24–27—de Gn. 5.3–32; 11.10–26 (siguiendo a la LXX, ya que en el versículo 36 inserta a Camán entre Arfaxad y Sala). Entre Abraham y David las dos listas son prácticamente idénticas; la línea que va de Judá a David se basa en 1 Cr. 2.4–15 (Rt. 4.18–22). Mt. 1.5 agrega la información de que la madre de Booz fue Rahab (presumiblemente la Rahab de Jericó). Entre David y José las listas difieren, por cuanto Mateo traza a descendencia a través de Salomón hijo de David y los sucesivos reyes de Judá hasta Joaquín (Jeconías), mientras que Lucas la traza a través de Natán, otro hijo de David por Betsabé (1 Cr. 3.5, donde se la llama Bet-súa), y no siguiendo la línea real. En Mateo Joaquín va seguido de Salatiel y su hijo Zorobabel, y estos dos nombres aparecen también en Lucas (3.27), pero después de esta convergencia momentánea no hay más concordancia entre las listas hasta que llegamos a José.

Es sumamente improbable que los nombres, en cualquiera de las listas, que no reciben confirmación por el AT fueran sencillamente inventados por los evangelistas o sus fuentes. Pero si tomamos en serio dichas listas, la relación entre ellas constituye un problema. Ambas hacen descender a Jesús de David; su descendencia davídica era cuestión de dominio público durante su ministerio (Mr. 10.47s) y recibe confirmación por el testimonio apostólico (Ro. 1.3; así He. 7.14 da por sentado que todos saben que Jesús pertenecía a la tribu de Judá). Pero ambas listas trazan su descendencia davídica a través de José, a pesar de que aparecen en los dos evangelios que dejan bien aclarado que José, si bien era el padre de Jesús de iure; no lo era de facto. La genealogía de Lucas reconoce esto mediante la cláusula “según se creía” en Lc. 3.23; de modo semejante, el texto más seguro de Mt. 1.16 dice que José era “marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo”. Incluso con la lectura siria sinaítica de Mt. 1.16 (“José … engendró a Jesús …”) el sentido biológico de “engendró” queda excluido por el relato que sigue (versículos 18–25), y en todo caso es probable que en otras partes de esta genealogía también “engendró” signifique sucesión legal antes que verdadera paternidad. La línea que sigue Mateo probablemente tiene la intención de trazar la sucesión hasta el trono de David, aun cuando no pasara por la línea directa de padre a hijo.

En ese caso podría esperarse que Lucas, por el contrario, se esforzara en presentar la línea biológica de descendencia. En consecuencia, varios comentaristas han sostenido que en realidad, si bien no explícitamente, la genealogía de Lucas traza la línea de descendencia de Jesús a través de María su madre. Es posible inferir de las palabras de Gabriel en Lc. 1.32 que María era descendiente de David; aunque estas palabras pueden explicarse por la referencia a “José, de la casa de David” en el versículo 27, mientras que María en el versículo 36 es parienta de Elisabet, de quien se dice que era “de las hijas de Aarón” (versículo 5). No debe buscarse ayuda en la referencia talmúdica a una tal María, hija de Elí (Lc. 3.23), por cuanto esta María no tiene ninguna relación con la madre de Jesús. En todo caso, resulta extraño que, si la lista de Lucas tenía la intención de trazar la genealogía a través de María, no se lo dijera claramente. Es más probable que ambas listas tuviesen la intención de trazar la genealogía a través de José. Si Matán, abuelo de José en Mt. 1.15, es Matat, abuelo de José en Lc. 3.24, luego “sólo tendríamos que suponer que Jacob [padre de José en Mt.] murió sin hijos, de modo que su sobrino, el hijo de su hermano Elí [padre de José en Lc.] sería su heredero”. En cuanto a lo acertado de trazar la genealogía de Jesús a través de José, “José era el heredero de David, y el niño, si bien nació sin su mediación, le nació en un sentido real ‘a él’ ”. Julio Africano (ca. 230 d.C.) propuso una solución más complicada, que incluye el levirato, sobre la base de una tradición supuestamente preservada en la sagrada familia.

Si Natán en Zac. 12.12 es el hijo de David de ese nombre, evidentemente su casa ocuparía una posición especial en Israel, y en ese caso tal vez tuviese más significación de lo que parece a primera vista el hecho de que Jesús aparece como descendiente suyo en Lc. 3.31.

La lista de Lucas enumera veinte o veintiuna generaciones entre David y el exilio babilónico, y otras tantas entre el exilio y Jesús, mientras que la lista de Mateo enumera sólo catorce generaciones para cada uno de dichos períodos. Pero es posible demostrar que se han omitido varias generaciones de la lista de Mateo en el período entre David y el exilio, y es posible que se hayan omitido otras en el período posterior. Es posible que “Resa” en Lc. 3.27 no haya sido un nombre individual, sino el arameo ‘principe’, título de Zorobabel (en cuyo caso podría ser que la sección posexílica de la lista de Lucas proviniese de un documento arameo).

El propósito principal de ambas listas es el de confirmar el derecho de Jesús a ser el hijo de David, y en forma más general de destacar su solidaridad con la humanidad, y su estrecha relación con todo lo que había acontecido anteriormente. Cristo y el nuevo pacto están firmemente ligados a la época del viejo pacto. Marción, que quiso romper todos los lazos que ligaban al cristianismo con el AT, sabía lo que hacía cuando eliminó la genealogía de su edición de Lucas.